30.10.10

Pasar de la buena a la mala suerte en cuestión de minutos..

Las siguientes líneas que voy a escribir, son de una experiencia propia vivida el año pasado. Obviamente la suerte es la protagonista de este relato.

Ocurrió un día de semana como cualquier otro en el mes de Julio o Agosto. No recuerdo exactamente la fecha, pero entre esos meses sucedió.

Un día normal en mi vida y, como de costumbre, estaba listo para ir a la escuela. Saqué mi bicicleta roja a la vereda, le puse llave a la puerta y arranqué hacia el colegio.

A clases llegué, junto a mi ex novia (gracias a Dios ^^), me senté en mi banco y comencé a trabajar. Realmente no se si trabajé, la escuela no me gusta para nada y el año pasado recursé. No me extraña que ese mismo día haya recurrido a dormir una siesta encima del pupitre. Todo esto alrededor de las 7:30 hs.

El reloj marcó las 13:00 hs. y.. ¡riiiing!, sonó el timbre que indicaba lo que más esperaba cada día: la hora de ir a casa. Ese día no fui a casa, mi ex suegra me invitó a almorzar por lo que no rechacé la invitación.

A las 15:00 hs., aproximadamente, me dispuse a despedirme educadamente y volver a mi dulce y querido hogar. Pero no sucedió así. Mi enamorada (ex),
me insistió tanto, pero tanto, que le acepté quedarme a dormir una rica siesta junto a ella.

Desperté tardísimo, rondaban las 23:00 hs. y aún no había regresado a casa. De inmediato, preocupado por lo que mi familia podría pensar, inicié nuevamente mis saludos hacia mi querida segunda familia (ex, jeje) y le pregunté a mi suegra:

-Mirta, -ese era su nombre- ¿mi bici está en el garage?
-Emmm.. No Luis, no viniste en bici hoy -respondió-.

En ese momento, perdí totalmente la cordura. Me puse a pensar y pensar y llegué a una conclusión: la "Chatarra Roja" se encontraba en la escuela. Claro, me la había olvidado en el momento de salir del colegio. Para colmo, la misma había sido estacionada sobre la pared sin ningún tipo de candado o seguro antirobo.

Comenzamos a debatir con mi ex, y acordamos ir a revisar si acaso se encontraría aún allí. Teníamos bien presente que era casi imposible, no nos olvidemos que la "inolvidable roja" había sido sometida a abandono desde las primeras horas del día, estando allí por mas de quince horas.. 

Llegamos a la institución y.. ¡Wow! "La roja" aún se encontraba allí.. Tanto mi novia como yo, estabamos totalmente asombrados y emocionados. ¿Tanta suerte pude haber tenido? Por un momento fui el hombre más feliz del mundo..

Pero la mejor parte de este texto todavía no fue mencionada.

Recogí la bici, me monté a ella, mi novia también lo hizo, y emprendimos el viaje de regreso. Volvíamos a su casa, solo unas cinco cuadras de distancia.

Llegamos, apoyé la bicicleta en la pared e ingresé a la casa a dar la noticia y despedirme. Bla, bla, bla, palabra va, palabra viene, saludé y volví a la calle con la intención de marcharme de una vez por todas. ¡Ya era más de medianoche!

Me encontré con una pequeña sorpresita.. La bici había desaparecido.. 
Recorrí toda la manzana en busca de una respuesta, busqué y busqué sin cesar, pero nada me iba a devolver la alegría que hace unos momentos antes había obtenido. 

Y si.. Me la robaron.. 

Es loco pensar como la suerte juega con la vida de los seres humanos. Es increíble las vueltas que la vida posee.. Estando quince horas a merced de los ladrones, nada pasó.. Cuando estuvo tan solo quince minutos, aprovecharon..

Las cosas son así y nunca hay que descuidarse de nada.. La realidad es esa y no se puede modificar..

Espero que les haya gustado esta mini historia, como también espero que no se rían de mis penas jeje..

Un cordial saludo para todos..

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